Noticia del diario palentino del 26-02-2013
Una casulla funeraria del XVI de la iglesia de Lobera recupera su vistosidad
La parroquia de San Andrés Apóstol de Lobera de la Vega posee una rica
casulla funeraria que perteneció al obispo Don Andrés Santos de San Pedro.
Confeccionada en seda, algodón, hilos de oro, terciopelo rojo, sarga, damasco y
bordado erudito, este tipo de casulla era utilizado en las liturgias funerarias
de ricos hombres, nobleza y alto clero, según explica el delegado diocesano de
Patrimonio, José Luis Calvo, que asimismo comenta que en la cenefa central,
tanto por la parte delantera como por la trasera, hay bordados grutescos y
calaveras con su tibias, alusiones a la muerte, muy usados en este tipo de
tejidos del siglo XVI. El fondo sobre el que se colocaba la cenefa central era
de terciopelo negro, rematado con galones de oro.
José Luis Calvo explica que la casulla
se encontraba en muy mal estado, ya que el terciopelo original había
desaparecido y había sido reemplazado en el siglo XIX por una tela muy
ordinaria, que además se encontraba rota, roída por ratones, llena de suciedad
y humedad. En la parte delantera habían desaparecido fragmentos del bordado de
las calaveras y muchos de sus hilos se encontraban sueltos y rotos.
En 2008, la casulla, a través de la
Delegación Diocesana de Patrimonio, llegó a la Escuela de Artes y Superior de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales Mariano Timón, donde se
sometió a una desinfección, tratamiento y estudio. La especialidad de Textiles
se encargó asimismo de realizar el proyecto de restauración. Gracias a la
colaboración económica de la familia Calderón -Ruiz, de Aguilar de Campoo, ha
sido restaurada por la empresa Santa Rufina de Madrid.
La casulla será presentada en la
parroquia de Lobera de la Vega en breve, y en ese momento se explicará todo el
proceso llevado a cabo para su recuperación. «Otra joya de nuestro rico
patrimonio ha sido salvada, y ahora esperamos que sea conservada como se merece
y todos podamos disfrutar de ella», subraya José Luis Calvo.
El delegado de Patrimonio señala que
Andrés Santos de San Pedro nació hacia 1529 en Quintana de la Vega (posteriormente
pasó a llamarse Quintanadiez de la Vega por influjo de esta noble e ilustre
familia). Obispo de Teruel y arzobispo de Zaragoza, mrió en 1585 en Monzón
(Huesca) a los 56 años. Enterrado en la Seo de la capital aragonesa, en 1646
sus restos fueron trasladados a su pueblo natal, según había dispuesto en su
testamento. Esos reposan en un rico mausoleo construido en la pared del
presbiterio de la iglesia parroquial de este pueblo de la Vega palentina. Miguel
Santos de San Pedro, natural de San Martín del Obispo y, a la vez prelado de
Solsona y arzobispo de Granada, enterrado también en la iglesia del Salvador de
Quintana fue quien ejecutó todas las mandas del testamento de su tío. Calvo
comenta asimismo que Andrés Santos, primer propietario de la casulla, fundó
mayorazgo en Quintana y dos muy ricas capellanías. Dejó como capellán mayor a
su sobrino, Bartolomé Santos de Risoba, obispo y señor de Sigüenza. Fue su
albacea principal y propietario. Posteriormente la casulla pasó a ser propiedad
de otro sobrino, obispo de Ciudad Rodrigo en el siglo XVIII y nacido en Lobera,
José Diez Santos de San Pedro, que fue el que fundó capellanía en la parroquia
de Lobera y la dejó como bien propio de ella para celebrar las misas exequiales
en su memoria.
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