En busca del
pimiento perfecto
Bonita cesta de pimientos palentinos, con el calor una buena ensalada
Noticia del "diario palentino" del 25 de junio 2012
Noticia del "diario palentino" del 25 de junio 2012
Dice la sabiduría
popular palentina que la exquisitez del pimiento de Torquemada radica en sus cuatro morros y el grosor de su pared.
Pero en el siglo XXI, el cultivo de la huerta no debe basarse, solamente, en la
tradición y los conocimientos aprendidos a base de hincar la azada.
«Se habla de las bondades y excelencias
de estos frutos, pero no existe documentación con criterios técnicos sobre cómo
es y qué lo diferencia de otras variedades de pimiento», explica el profesor de
la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la UVA, Ángel Fombellida
Villafruela.
Él, junto con Fermín Garrido, del
Departamento de Producción Vegetal, dirige un estudio sobre el producto
estrella de la huerta torquemadina, con la colaboración de Felicidad López y
Evelio Alonso, y de alumnos como Raúl Reol, un estudiante de Ingeniería
Agrónoma cuyo proyecto de fin de carrera aborda, precisamente, las
características de esta hortaliza.
La investigación tiene por objeto
caracterizar morfológicamente el pimiento de Torquemada y estudiar su
variabilidad, ya que, «si hay interés en promocionar el consumo de este
producto y estimular su cultivo, y ya se ha obtenido una marca de calidad,
parece oportuno que deba ir acompañado de un buen conocimiento de la materia
prima», subraya Fombellida.
La primera fase del estudio, iniciado en
2005, ha consistido, precisamente, en dejar claro qué diferencia a este
pimiento de los demás. «Recogimos una pequeña muestra de semilla de varios
productores de pimiento en Torquemada, Villamediana, Palenzuela, Palencia y
alguna otra localidad. Realizamos medidas de las plantas y también del fruto.
Los datos obtenidos nos sirven para compararlos con los conocidos de otras
variedades y así saber en qué se diferencian. A su vez, nos dan información
sobre la uniformidad de la variedad, vemos si hay mucha variabilidad o, por el
contrario, hay pocas diferencias entre ellas».
Raúl Reol Calvo, ingeniero en ciernes,
se ha ocupado de ese trabajo de campo en su proyecto de fin de carrera. «En
marzo del año pasado sembramos en semillero plantas de 18 variedades de
pimiento, con temperatura y humedad controladas; las plantamos en mayo y las
recogimos en septiembre», explica.
Él se ha ocupado del proceso de cultivo
y ha ido tomando datos de cada planta y cada fruto, para no perder detalle de
cómo se produce su floración, fructificación, etcétera. «En total, tengo
medidos 867 pimientos. Había unas 280 plantas que habían fructificado, lo que
da una media de tres pimientos por planta, en consonancia con lo que suele
registrarse en Torquemada», asegura este ingeniero agrónomo, natural de
Cordovilla la Real.
En estos momentos, explica, está
finalizando el proceso de análisis de todos esos datos estadísticos, que cruzan
información como el grosor de la pared del fruto, su anchura, longitud y peso,
para determinar qué equilibrio entre todas esas variables es el que aporta las
características singulares del pimiento de Torquemada.
«Aunque es pronto para aventurar las
conclusiones del estudio, sí hemos observado que la variedad de Torquemada
fructifica y ramifica poco, no alcanza mucha altura, da unos tres frutos de
unos 400 gramos de media y, por supuesto, tiene los famosos cuatro morros».
CLIMA EXTREMO. Este joven investigador
destaca el clima como factor determinante para crear un fruto único en sabor y
textura. «El clima castellanoleonés no es, precisamente, propicio para la
huerta, como puede ser el del Levante. Pero la variedad de Torquemada lleva
mucho tiempo cultivándose y está muy aclimatada. El frío hace que fructifique
menos, pero dé frutos de mayor calidad. La propia planta se ha adaptado y ha
buscado la forma de obtener una mejor vegetación, volviéndose más compacta y
con más hojas, para captar más luz», subraya.
Por esa razón, considera que el pimiento
de Torquemada puede crecer, igual de sano, en otros puntos de la Comunidad.
«Más que el suelo, influye el clima. Y si éste es similar, no veo por qué no»,
puntualiza. Cuando esta investigación se dé por concluida, tendrá una
importante aplicación práctica para los productores, que tendrán más claras las
características del pimiento perfecto que buscan cultivar. Pero, hasta
entonces, queda mucho trabajo por hacer.
«Un paso más sería la caracterización
organoléptica, mediante análisis del contenido del fruto en sólidos solubles,
azúcares, ácidos, etcétera », explica el profesor Fombellida. «Así como la
caracterización morfológica es relativamente barata, esta otra exige la
utilización de medios de laboratorio, que la encarece bastante», razón por la
cual todavía no se ha planteado esa fase del estudio.
Fombellida añade, además, la necesidad
de investigar en el ámbito agronómico. «A pesar de llevar cultivándose muchos
años y mantenerse con las técnicas tradicionales, sería interesante y necesario
conocer la adaptación de algunas prácticas de cultivo a la actualidad, de
manera que, sin afectar al producto final, mejoraran su eficacia».
Por otro lado, prosigue, «sería
interesante obtener y registrar una semilla seleccionada, que sea
representativa de la variedad. Este año hemos iniciado esta selección, aunque
utilizando solamente datos de características morfológicas de planta y fruto,
que es de lo que disponemos, a sabiendas de que debiera completarse con los
datos de características organolépticas».
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